Si vemos que hemos invertido
nuestro tiempo y nuestro esfuerzo en alguien que no ha hecho nada para
merecernos, debemos darnos cuenta de que es mejor alejarse
La vida son ciclos, etapas
que iniciar y puertas que cerrar para poder avanzar. Ahora bien, ¿cómo podemos
encontrar esa fuerza y esa entereza para poder terminar ciertas cosas?
Aunque duela, a veces es
mejor saber decir adiós a ese amor que ya no nos enriquece, o dar por
finalizada esa amistad que se basa ya más en el egoísmo que en el altruismo.
La vida es un continuo fluir
donde solo los más valientes logran andar con la felicidad que merecen. Con
plenitud y satisfacción, aunque en ocasiones debamos hacer algún que otro
sacrificio por nuestro bien.
Acompáñanos en esta
reflexión de hoy. Hablemos sobre las dos caras del “saber decir adiós”.
Es el momento de hacer
balance
Hay personas que no están
muy acostumbradas a pensar en sí mismas,
en detenerse y hacerse esa pregunta que todos deberíamos plantearnos al empezar
el día: ¿Cómo me encuentro hoy?
No es preciso que cada día
gocemos de una felicidad absoluta. No se trata de eso, el juego real de la vida
está en encontrar esa tranquilidad diaria con la cual sentirnos bien con
nosotros mismos. Con lo que somos. Con lo que tenemos.
Acostúmbrate a hablar
contigo misma. No centres todo tu universo en los demás. Tú también eres
importante y debes saber cómo te encuentras, qué sientes, qué te duele y qué te
falta.
Hacer balance es un
ejercicio tan sano como útil. Para ello, haz una visualización. A un lado está
todo aquello que te arranca una sonrisa diaria, al otro lado, lo que te
preocupa, lo que te hace daño.
¿Qué pesa más? ¿Las alegrías
o las tristezas? Reflexiona sobre ello.
Decir adiós no es una
despedida, es un inicio
Has hecho balance y te has
dado cuenta de que hay cosas de las que deberías desprenderte. No estamos
hablando solo de personas. En ocasiones, hay alguna que otra dimensión que
también sobra en nuestra vida:
Desprendernos de los
pensamientos negativos. Debemos deshacernos de la preocupación constante y
aprender a ser más optimistas.
Decir adiós a focalizar
nuestra vida solo en los demás. Hay que mantener el equilibrio y abrir las
puertas a nuestros instantes de ocio, a seguir formándonos si así lo queremos,
a mejorar en el ámbito laboral…
Hay que decir adiós a las
cargas emocionales. ¿Te preocupa lo que piensen de ti? Deja caer ese peso, no
sirve de nada. ¿Te preocupan las críticas? Sé libre en tus acciones, en tu
deseo, y dale alas a tu crecimiento personal.
Cómo decir adiós a quien aún
amamos
En ocasiones hemos de vivir
esos duros momentos en que a pesar de seguir amando a ciertas personas, somos
conscientes que nos causan más dolor que crecimiento. Más lágrimas que
felicidad.
¿Cómo afrontar esta
situación?
Si amas a alguien, primero
deberás hacer lo posible por resolver el problema. Ahora bien, si te das cuenta
de que has invertido tiempo, ilusiones y esfuerzos en alguien que ha hecho poco
o nada por merecerte, es el momento de decir adiós.
Para decir adiós, debes
tomar conciencia de que ya no deseas sufrir. De que no mereces sufrir. Eres una
persona valiente que va a poder seguir con su vida de forma íntegra, así que
debes exponer la situación tal y como la sientes.
Di la verdad, abre tu
corazón y argumenta la necesidad de ese adiós. Ahora bien, sé firme, porque en
ocasiones caemos en el error de “volver a intentarlo”, y ello puede traducirse
a veces en más meses de sufrimiento.
El adiós debe darse con
sinceridad, apertura emocional y decisión. Alguien podría decir que “sin
anestesia”, porque el dolor va a ser intenso. No obstante, es una necesidad.
Porque ten claro también que un adiós necesario es, en realidad, un nuevo
inicio en tu vida. Otra oportunidad de ser feliz.
Retoma el vínculo contigo
mismo después del adiós
Cuando decimos adiós, una
parte de nosotras mismas se desprende también de esa persona. Es como cortar un
cordón umbilical que alimentábamos de emociones, de proyectos, sueños e
ilusiones.
Tras esta ruptura, es vital
que retomemos ese vínculo con nosotras mismas, con nuestra autoestima, con
nuestro ser para poder seguir avanzando en felicidad y plenitud.
Toma nota de unos consejos
muy importantes:
Recuerda que ese adiós era
necesario. Es un final de etapa y ahora toca no levantarse, sino “RENACER”,
“reencontrarnos” de nuevo con nosotras mismas pero de una forma más poderosa.
Porque hemos sido valientes,
porque hemos aprendido una sabia lección y sabemos lo que queremos: buscar
nuestra felicidad.
Decir un adiós es abrir una
puerta nueva y, no lo dudes, puedes ser todo lo que tú desees.
No guardes rencor a nadie
sobre lo ocurrido. Si el adiós va acompañado de rabia o resentimiento, no
podremos avanzar. El odio nos hace prisioneros, así que no hay mejor libertad
que aquella que avanza sin pesos por parte de quien ha sabido perdonar.
Aunque te duela, aunque te
cueste, recuerda… a veces es mejor decir adiós.
Fuente: el post completo y original lo puedes encontrar en mejorconsalud
Fuente: el post completo y original lo puedes encontrar en mejorconsalud
Excelente!!!
ResponderEliminar