Cada momento de nuestras vidas está rodeada de ruido, y
estamos tan adaptados a esta contaminación acústica que lo consideramos como un
ruido de fondo normal, sin prestar atención a los sonidos de las multitudes, el
tráfico, la música o la televisión.
Sin embargo, se ha descubierto por qué debemos tratar de
guardar silencio más a menudo y estas son las razones:
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| IMAGEN: PEXELS |
El silencio ayuda a regenerar las células del cerebro
Según un estudio realizado en el 2013 sobre la influencia
de diferentes niveles de ruido en ratones, dos horas de silencio al día
ayudaron a formar nuevas células en el hipocampo, el área del cerebro
responsable de las habilidades de aprendizaje, la memoria y las emociones.
El silencio nos hace más creativos
Nuestro cerebro está activo incluso cuando nuestro cuerpo descansa.
Durante las horas de descanso, nuestro cerebro procesa y adopta la información recibida
durante todo el día. Cuando este proceso va bien, sin desviarse con los ruidos
o cualquier otra interferencia, el cerebro activa el modo que integra las
emociones y los recuerdos, despierta la imaginación y expande nuestras
capacidades. Como resultado de estar en silencio, nos volveremos más creativos
y abiertos al mundo.
El silencio alivia el estrés y la tensión
Está demostrado que el ruido constante afecta a nuestro
cerebro, lo que conduce a un aumento de los niveles de estrés. El silencio, por
el contrario, tiene el efecto opuesto; La ausencia de irritantes ruidos alivia la tensión en nuestro cerebro y cuerpo. Los investigadores monitorearon
los cambios en la presión arterial y los indicadores de circulación y llegaron
a la conclusión de que dos minutos de tranquilidad son más eficaces en términos
de relajación que escuchar cualquier tipo de música relajante.
El silencio repone nuestros recursos mentales
El ruido nos pone obstáculos al momento de querer resolver
un problema, tanto en los estudios como en el trabajo; Y esta puede ser la razón
para la disminución de la motivación, la atención y el aumento de errores. Sin
embargo, muchos investigadores mencionan que el cerebro puede restaurar lo que
se perdió como resultado de la contaminación acústica.
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