Muchas
veces confundimos la aceptación, con conformismo o resignación, pero se trata
de cosas diferentes, la aceptación implica una actitud positiva en donde
logramos ver las cosas tal y como son, donde determinamos nuestro alcance y nos
hacemos conscientes hasta qué punto no es posible modificar alguna situación,
restándole el poder de generarnos malestar, dejando que fluya, teniendo
presente que todo es transitorio.
La
resignación y el conformismo, llevan consigo el sabor de la derrota, el no
sentirnos capaces de hacer nada para modificar una situación, para cambiar un
estado, pero yendo de la mano con la frustración de desear que las cosas sean
diferentes, lo cual nos genera sufrimiento. Cuando nos conformamos, estamos
diciéndonos a nosotros mismo, esto no es lo merezco, no es lo que deseo, pero
no puedo hacer nada para cambiarlo.
Debemos
aprender a mover los hilos a nuestro favor y para ello resulta necesario
entender cómo nuestras energías juegan un papel importantísimo en nuestras
vidas, esas energías que traducimos en pensamientos, en palabras, en acciones, si
vibramos alto, aun en las situaciones que sentimos adversas, podremos sacar el
mayor provecho a la situación.
¿Qué
se quiere decir con vibrar alto?
Aprovechar
cada oportunidad que tenemos para encaminarnos hacia donde queremos estar, si
tenemos claro lo que deseamos, podemos establecer un norte específico y estar
atento a todo aquello que se alinee con nuestro propósito.
No
quedarnos estáticos o paralizados en donde no deseamos, si estamos sumergidos
en donde sentimos que no es nuestro lugar, sencillo: no somos árboles, podemos
movernos.
No
hacer cosas que nos alejen de lo que deseamos, a veces sabemos que vamos en
dirección contraria a donde deseamos y seguimos avanzando por miedo, por
costumbre, por inercia, pero no, no tenemos una ruta preestablecida, podemos
cambiar de dirección en cualquier momento.
Pensar
positivo en relación a cualquier situación, no importa qué tan empedrado sea el
trayecto, debemos tener la costumbre de pensar convenientemente, lo cual nos
abrirá un abanico de alternativas, para rescatar de lo malo lo mejor.
Somos
los únicos que nos ponemos limitantes y eso lo hacemos a partir de nuestras
creencias y pensamientos asociados, por lo que es necesario estar atentos a
aquello que predomina en nuestra mente.
Disfrutar
cada paso, no importa si en ese paso nos lesionamos, si nos caímos, mejor aún
si resultó placentero, todo lo que vivimos es una muestra de la capacidad
infinita de sentir, que viene con la oportunidad de estar vivos, aprendamos a
disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece, porque justamente en cada paso
está realmente nuestra vida, no en la meta.
Creer
en nosotros mismos, esto es lo más importante, si creemos que podemos, pues
podemos y lo contrario, también es cierto, por eso, que ninguna meta se nos
haga grande, somos capaces, tenemos los recursos y nuestro corazón siempre nos
guiará a aquello que deseamos fervientemente.
Esto
sin duda, nos hará no conformarnos con menos de lo que deseamos y nos ayudará a
empoderarnos de nuestra vida, con nuestro sombrerito de marinero, disfrutando
de la travesía, sin soltar nuestro timón.
Este articulo fue realizado gracias a rincondeltibet.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario