Si tan solo comprendiéramos
que todo comienza por la manera en la cual vemos la vida, por la manera cómo
pensamos, por las creencias que llevamos arraigadas en nuestro interior,
pudiésemos hacer una aplicación un tanto más consciente de todo nuestro
potencial en la creación de nuestras vidas.
La suerte no existe, tampoco
las casualidades y dificulto que nuestro destino esté escrito en alguna parte,
¡qué injusto y aburrido resultaría! Estamos acá para crear nuestra vida y
podemos hacerlo como queramos, dramática o relajada, desde la escasez o desde
la abundancia, confiando en el proceso o esperando lo peor, siendo positivos o
negativos, nada, ni nadie elige, ni crea nuestra vida por nosotros mismos.
La inconformidad es un
estado mental, muchas veces no importa lo que se tenga, lo que se sea… quien se
siente inconforme lo hará con lo poco o con lo mucho, y lo más triste de este
asunto es que pocos lo tomarán como impulso para cambiar su vida en dirección a
lo que quieren y valorarán sus cambios, sino que por lo general no harán mucho
para cambiar todo lo que les incomoda y encontrarán siempre más y más motivos
para quejarse y excusas para no actuar.
Este tipo de personas
tienden a responsabilizar a todo lo que está fuera de ellos por lo que les
ocurre, no son capaces de tomar el control y cambiar sus vidas si realmente no
se sienten satisfechos, tampoco son capaces de cambiarse esos cristales y ver
las cosas como en realidad son, que por lo general no son tan malas.
Aprendamos a sentirnos los
verdaderos creadores de nuestras vidas, si tenemos mil ejemplos a nuestro
alrededor de personas arrastradas por una corriente negativa, tomemos el único
caso para inspirarnos de quien a pesar de las condiciones adversas vive su vida
como quiere, aprendió a ver en las crisis las oportunidades, no se quedó
esperando por milagros, sino fue a materializarlos, agradece por la posibilidad
de acción y de cambio y hace de su vida algo satisfactorio… Si no encontramos
ese ejemplo, ¡mejor! Seamos nuestro propio ejemplo, porque ¡así funciona!
Solo quien aprende a
apreciar la vida, quien es agradecido atrae a su vida lo mejor, no al revés,
todo comienza en uno y el universo responde a esos mensajes. Nuestro estado
natural es armónico, es de prosperidad, no solo económica, es de tranquilidad,
de salud, de amor, nos desviamos por el camino y nos programamos de una manera
diferente, pero cuando aprendemos a reconectar con esa esencia, todo lo bueno
nos encuentra y se queda con nosotros.
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