En algunas oportunidades nos
habremos podido sentir mal por pensar que hemos desperdiciado nuestros
sentimientos en alguien que no supo valorar aquello que le dimos. Sin embargo,
aunque a veces pueda dolernos, es el
que sabe amar el que mayor provecho puede sacar de una relación.
La persona que ama logra
conectarse con la energía de la vida, aquella que hace que todo tenga sentido,
logra inyectarse una dosis de entusiasmo, de fuerza, de vitalidad, que solo
quienes han amado entienden cómo ocurre, cómo funciona ese motor para no solamente
activar nuestras hormonas y ver el mundo en colores y pensar que todo es
posible, sino para motivarnos a ser cada día mejores, para querer dar lo mejor
de nosotros.
Evidentemente esto es una
ganancia, no todos saben amar, no todos tienen la dicha de guardar a alguien en
el corazón y sentir cómo este late más profundo, con mayor sentido.
Cierto es que antes de poder
amar a alguien, debemos poder hacerlo con nosotros mismos, debemos ser capaces
de preservar nuestra integridad, ser capaces de respetarnos y de procurar para
nosotros lo mejor y muchas veces resulta complicado aceptar que lo que podamos
sentir no sea retribuido.
Sin embargo, el aceptar que
no hemos sido correspondidos, no es un pérdida, es una lección, pero la
experiencia enriquecedora de haber amado, no nos la quita el hecho de no
recibir lo que nos gustaría a cambio y aceptarlo reafirma el concepto puro del
amor, ése que no espera algo a cambio, que se siente de manera independiente a
las circunstancias, lo que nos define, lo que somos.
Quien no sabe recibir amor,
bien sea por desinterés o porque no está en condiciones de hacerlo es quien
pierde en el asunto y esto se debe no solo entender, sino respetar. No todos
aprenden tan rápido la lección de nuestro propósito acá de amar y ser amados o
bien algunos seleccionan a otras personas para ello. Muchas veces ocurre que
amamos a quien no nos ama y a quien nos ama no lo amamos, esto es válido, uno
decide qué sentir, uno selecciona por quien sentirlo y lo que es bueno para uno
debe serlo para los demás.
Puede que nos decepcionemos
por no recibir lo que queremos, pero esto jamás puede sembrarnos la sensación
de pérdida, amar es una dicha, mucho más gratificante cuando se obtiene de
vuelta, pero de cualquier manera un motivo para agradecer al universo por estar
aquí, por estar vivos, porque algo nos hace vibrar, porque algo nos hace
inclusive llorar, porque todas las experiencias, nos gusten o no, son para
nuestro crecimiento y son la muestra perfecta de que estar aquí es totalmente
emocionante!
Este articulo fue realizado gracias a mujer.guru Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario