Cuando todo va mal – en el trabajo, con nuestra familia, con
nuestra salud - es fácil que nos asustemos. Como una mosca que se golpea contra
la ventana, buscamos la salida más cercana y nos lastimamos en el proceso.
Soluciones graduales, como un túnel de 20 años de duración, se sienten
insoportables. Pero la paciencia vale la pena.
IMAGEN: THE INDIAN WINDOW |
Las
personas pacientes trabajan mejor. Las personas con bajos niveles
de impaciencia e irritabilidad informan que las demandas de trabajo aumentan su
satisfacción. La paciencia hace que el desafío sea agradable. Las personas
impacientes, por el contrario, se abruman y son ineficaces bajo presión.
También se ven más afectados por la política de la oficina y la burocracia.
Las
personas pacientes son más saludables. La impaciencia es un estilo
de vida poco saludable: los niños y adolescentes impacientes son más propensos
a gastar dinero en alcohol y cigarrillos, muestran una conducta peor en la
escuela y tienen un mayor índice de masa corporal. Es menos probable que
ahorren dinero. Las personas pacientes tienen instancias más bajas de depresión
y un efecto más positivo que las personas impacientes. Los pacientes priorizan
el panorama general, lo que significa atender a las necesidades psicológicas y
físicas, además de atender su lista de tareas pendientes.
Las
personas pacientes actúan en el momento adecuado. Los
pacientes no actúan sobre el ego. En lugar de eso, actúan en el mejor interés
de sus metas y valores más elevados. La paciencia espera el momento adecuado
para poner algo en el horno o sacarlo o cambiarlo. "La paciencia no es una
ausencia de acción, en realidad es esperar, esperar el momento adecuado para
actuar, por los principios correctos y de la manera correcta", dijo Fulton
J. Sheen.
Las
personas pacientes practican. Nuestro sesgo actual nos hace
pensar que este momento es el más significativo en nuestras vidas. Muchos de
nosotros vivimos todos los días como si fuera el clímax. Es agotador. De hecho,
en este momento es uno de los muchos momentos y es muy poco probable que definamos
la vida. Pero sigue siendo importante: las personas pacientes ven sus vidas (especialmente
los tiempos frenéticos, que inducen el miedo) como práctica.
Las
personas pacientes se llevan bien con los demás. En
los juegos de coordinación, los pares de jugadores que son pacientes son más
propensos a colaborar y ganar una recompensa más alta. La paciencia incluso
aumenta la participación electoral.
Las
personas pacientes tienen esperanza. En un muestreo de 500
estudiantes universitarios, la paciencia predijo negativamente la desesperanza.
Es decir, cuanto más paciente era la gente, menos probable era que se sintiera
desesperada. Los pacientes esperan a que pasen las tormentas con mucha
esperanza.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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