La distancia solo es
sinónimo de olvido, de lejanía, cuando así se quiere, porque cuando los
sentimientos están afianzados, cuando se es parte de otra persona, gracias al
lugar que se ocupa en su corazón, pueden existir kilómetros entre ellas y la
presencia se sentirá a pesar de la distancia.
Los sentimientos nos unen
mucho más que la cercanía física, no es necesario tener a una persona al lado
para saber que contamos con ella y sí, aunque un abrazo, un beso, una palmada
en la espalda a veces resultan necesarios, se buscan las maneras de manifestar
la presencia a través de otros muchos recursos.
Ciertamente debemos cultivar
nuestros afectos, bien sea aquellos que tenemos cerca o aquellos con los que
tenemos que conformarnos con una llamada telefónica, un mensaje en redes
sociales, una videollamada, o más a la antigua: una carta… En el caso de la
distancia, el cuidado debe ser mayor, para que hilo que nos conecta nunca se
rompa, que no queden solo en los recuerdos aquellas vivencias que hicieron
crecer el amor, la empatía, la afinidad, sino ir formando otro tipo de
relación, donde sean otro tipo de experiencias las que alimenten los afectos.
Cuando alguien entra a
ocupar un lugar importante en nuestro corazón, resulta muy difícil que la
distancia sea el factor que rompa los lazos, cuando se quiere mantener una
relación, se puede, se buscan los medios y se aprovechan las herramientas.
La soledad puede hacerse
presente, quizás tratar de sustituir a esa persona que hallamos lejos, pueda
manifestarse, pero si esa persona nos importa y nosotros a ella, pues
seguramente logremos expandir nuestro corazón con nuevos afectos, pero esa
posición privilegiada siempre estará reservada.
Inclusive cuando se marca la
distancia más grande, aquella en la cual sabemos que ya no tendremos a nuestra
disposición a ese ser amado, porque ha concluido su paso por este tránsito, se
ha marchado sin retorno y no hay llamada que valga, el amor, esa poderosa
energía, hace que la unión permanezca más allá de lo que llamamos vida y
alcance lo que entendemos por eternidad.
Amar es un placer, tener
buenos momentos que recordar nos fortalece, ocupar nuestro corazón con aquellos
sentimientos que nos llenan de vida es lo que a fin de cuentas podremos
conservar, por eso tengamos claros que la distancia no separa las uniones que a
través del amor se han hecho.
Fuente: el post completo y original lo puedes encontrar en rincondeltibet
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