¿Por qué algunas cosas nos asustan, y qué puede decirnos la
ciencia acerca de lo que pasa en nuestro cuerpo cuando tenemos miedo?
Las influencias culturales pueden conducir a la gente a
tener miedo de ciertas cosas, como los gatos negros o payasos asesinos. Pero
también hay factores desencadenantes universales de miedo de acuerdo con la neuropsiquiatra
Katherine Brownlone, jefe de la División de salud Neurocomportamental en la
Universidad Central Médica de Ohio.
IMAGEN: PEXELS |
Factor
miedo
El miedo es, ante todo, un mecanismo de supervivencia.
Cuando los sentidos detectan una fuente de estrés que podría representar una
amenaza, el cerebro activa una cascada de reacciones en nosotros, ya sea para
luchar por nuestra vida o para escapar lo más rápido posible - una reacción en
mamíferos que se conoce como el "Instinto de lucha o-huida ".
El miedo es regulado por una parte del cerebro dentro de
los lóbulos temporales conocidos como la amígdala. Cuando el estrés activa la
amígdala, se produce una anulación temporalmente del pensamiento consciente
para que el cuerpo pueda desviar toda su energía a hacer frente a la amenaza -
sea lo que sea.
Enfrentar
nuestros miedos
Lo que hace las respuestas de los humanos diferentes a las de
otros mamíferos es que los humanos podemos procesar el miedo para
posteriormente manejarlo una vez que nos damos cuenta que no estamos realmente
en peligro.
“Podemos quedar prácticamente congelados, pero en vez de
salir corriendo, podríamos evaluar la situación y así darnos cuenta que no
necesariamente debemos responde con el instinto de lucha o huida”, mencionó
Brownlowe.
Algunas personas incluso buscan deliberadamente
experimentar el miedo. Ven películas de terror, te atreven a realizar saltos
desde alturas impresionantes o lo que sea que les genere la sensación de
riesgo. De acuerdo con Brownlowe, estas personas están disfrutando las secuelas
químicas que vienen después de una oleada de miedo, un sentimiento que puede
ser eufórico.
El mundo moderno en el que vivimos hoy, viene con una serie
de tensiones que los primeros humanos nunca experimentaron ni imaginaron.
Cargas financieras, ansiedades de rendimiento y una serie de otras presiones
sociales que pueden generar miedo y estrés. Al ser estos, miedos más leves,
podríamos enfrentarlos imaginando temores más grandes. Así estos parecerán
insignificantes.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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