Nunca te avergüences de una cicatriz: 3 lecciones de Auto – Aceptación y Resiliencia.

Nunca te avergüences de una cicatriz. Simplemente significa que fuiste más fuerte que aquello que te quiso hacer daño.  
Tus cicatrices muestran que lo lograste. Muestran que superaste una etapa muy difícil en tu vida. Deberías estar orgulloso de mostrar tu cicatriz ya que te recuperaste con éxito. Es tu “cicatriz de ¡Lo logré!”.

 A continuación, 3 lecciones de auto – aceptación y resiliencia que pueden ayudarte.

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1. No escondas tu cicatriz
Todos hemos pasado por situaciones difíciles, decepciones, o angustia, y estas experiencias pueden dejar un residuo doloroso en función de cómo nos permitimos sanar.
Una vez que logras sanar a través del proceso de curación, compartir las lecciones que aprendiste con otros, proporcionará una sensación de poder para ti y para las personas con las que compartiste tu experiencia. Tus "cicatrices" o experiencias desafiantes tienen una historia única de resistencia, y esto servirá como una cadena continua de sanidad a todos los que interactúen contigo.
Manteniendo oculta tu cicatriz solo refuerzas el estigma de no superación de esa parte de tu vida. Si no aceptas estas experiencias, te sentirás obligado a embotellarlas dentro de tus emociones. 



2. Sé amable y menos crítico contigo mismo
Es posible que hayas pasado o estés pasando por momentos difíciles y llegan a ti pensamientos de sentirse tonto, o sentirse menos por no poder solucionarlos. Es totalmente normal sentirlo, pero si te detienes mucho tiempo en estos pensamientos, nunca podrás superar el problema.
Deja de ser tan duro contigo mismo. Perdónate por haberlo sido y mira para adelante. Solo así podrás sentirte libre de dolor. Aprende de tus errores y se amable contigo mismo. De esa manera empezarás la siguiente etapa de tu vida.

3. Rodéate de personas fuertes y resilientes 
Pasamos tanto tiempo torturándonos con las preguntas “¿Por qué me pasó esto?”, “¿Qué hice mal?”. Le damos vueltas al clásico “¿Qué hubiera pasado si…?”. Lo único que logramos es sentirnos agobiados y no dejamos ir el problema.
Rodearte de personas resilientes que te escuchen en todo momento te brindará coraje para seguir adelante y te ayudará a encontrar esa chispa que necesitas para superar el mal momento.


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