Solemos
asociar la paciencia y la serenidad con debilidad, pensamos que aquellas
personas tolerantes por excelencia y capaces de permanecer en silencio, son
personas cobardes, que no son capaces de defenderse o de responder ante una
situación determinada, que prefieren vivir aisladas, aguantar los desaires de
terceros y tragarse constantemente sus emociones.
La paciencia y la perseverancia tienen un efecto mágico ante el
cual las dificultades y los obstáculos desaparecen. John Quincy Adams.
Ocurre que la realidad
demuestra lo contrario, son precisamente las personas con mayor entereza y
fortaleza, quienes tienen por virtud la paciencia, la serenidad, el equilibrio
y la armonía y pocos hechos externos a si mismas, pueden perturbar este nivel
de sensibilidad en esas personas, pueden resultar excelentes consejeros y su
vida se basa en el respeto a si mismas, de allí que no pasen su vida
reaccionando ante las acciones de los demás, especialmente cuando carecen de
sentido.
Aprender a guardar silencio
es un logro tan maravilloso en la vida, que nos coloca en una posición de
ventaja ante todos, no significa ser cómplice de injusticias, ni vivir
reprimido, más bien se trata del verdadero silencio, de ese que no cede ante ninguna
ofensa, que prevalece ante cualquier intento de provocación y ante las acciones
descabelladas de las personas, es una actitud propia de quien no anda por la
vida tomándose cada palabra para si mismos, como una ofensa o un ataque.
La paciencia y la diligencia, como la fe, mueven montañas. William
Penn.
La paciencia, lejos de ser
debilidad, es una rara virtud, de pocos, de personas que piensan alto y
aprenden de todo y no es un tema de falta de criterio o de insensibilidad hacia
lo que ocurre en nuestro entorno, por el contrario, tiene que ver con estar
conectados permanentemente con aquello que es real y que no cambia
constantemente, de allí que las personas pacientes prefieran siempre esperar
antes de emitir juicio alguno y si no es en beneficio de todos, prefieren
guardar silencio.
Pocos conocen los beneficios
de ser paciente, de llevar la tolerancia y la serenidad como compañeras de
vida, no solo armoniza las relaciones con todas las personas que te rodean,
además mantiene tu propia conciencia activa y alerta, es un repelente
automático de las personas tóxicas, pues rara vez puede una persona intrigante,
soportar no ser secundada en sus comentarios destructivos y mal intencionados,
cosa de la que suele abstenerse una persona paciente y serena.
Adopta el paso de la naturaleza: su secreto es la paciencia. Ralph
Waldo Emerson.
Curiosamente, la paciencia
suele ser una cualidad que causa molestia en muchas personas, incomoda y para
muchos es casi desesperante e intolerante, cabe reflexionar sobre esta
sensación en cada uno de nosotros, ¿por qué pensar que aquellas personas que
son pacientes son débiles? ¿no tendrá
más que ver con nuestros propios temores a ser atacados y nuestra continua
necesidad de defensa?…
Si eres una persona
paciente, serena y tolerante, disfruta de ese equilibrio que se asienta en tu
vida y hazlo expansivo a quienes te rodean y si en otro caso, estás rodeado de
alguna persona paciente y tolerante, trata de aprender de ella, de observar
como puede llevar una vida calmada y sin mayores angustias que aquellas de
quienes simplemente siempre esperan lo mejor en sus vidas…
Fuente: el post completo y original lo puedes consultar en rincondeltibet
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