El día de hoy, 8 de marzo se conmemora la lucha de la
mujer por la igualdad con el hombre. Ardua lucha que no equipara un tanto en
derechos de desarrollo integral como mujeres.
La realidad es que el reconocimiento debería dar un mayor
mérito a la mujer y extenderse a todos los días de la vida. Siendo ella un mal
llamado “sexo débil”, es capaz de dar vida, transformar todo a su paso,
adaptarse, reinventarse y tener en su rostro ese refugio que con solo mirar
puede transmitir la paz que muchos necesitamos.
Una mujer posee la sensibilidad, la astucia y la
paciencia necesaria para obtener todo lo que se proponga en la vida, no
necesita que alguien más la empodere de lo que ella sabiamente contiene. Una
mujer abrirá paso por caminos inexplorados llegando a alcanzar resultados
inimaginables, solo tiene que estar en sintonía con su corazón y quitar de su
mente las limitaciones que han sido infundadas.
La mujer no necesita ser igual al hombre, la mujer tiene
un papel de mayor trascendencia en el tránsito por la vida, pero si se trata de
ir conquistando espacios, a pulso se ha ganado todos los reconocimientos que le
permiten abrir sus alas y emprender su vuelo sin pedir permiso o sin dar
excusas.
Toda mujer que se ame y se acepte a sí misma, tendrá el
ímpetu necesario para hacer de su vida lo que quiera hacer, para llegar a donde
se imagina y para derribar cualquier obstáculo, utilizándolos como escalones
para alcanzar sus metas. Será capaz de dar amor con la pureza que la
caracteriza, anidar en su vientre el fruto de la vida si así lo desea y ocupar
todas las posiciones que su vida demande, inclusive la de padre de sus hijos,
cuando este por no poder o no querer no pueda ocupar.
La mujer como ser integral merece ser valorado, respetado
y cuidado, en ella está contenida la suavidad y el coraje en un solo sitio.
Algunas veces son ellas mismas las que se irrespetan, a ellas o a otras de su
género, solo por la condición de mujer establecen límites, emiten duros juicios
y generan expectativas que solo encajan con patrones sociales o religiosos.
La mujer no es el complemento de nadie, ni de su pareja,
ni de sus hijos, ni de su equipo de trabajo, la mujer es un ser perfectamente
completo con papel protagónico y potencial infinito, cualquiera que no entienda
esto debe someterse a una revisión de sus creencias y darle a cada mujer su
vida el lugar que realmente le corresponde, más si se trata de ella misma.
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