Vamos con tanta prisa por la vida que no nos damos ni
cuenta de lo importante que es pararnos un momento a mirar y reflexionar sobre
quiénes somos realmente, qué es lo queremos y cómo lo estamos haciendo.
Esta reflexión es también necesaria en una relación de
pareja, ya que factores como la convivencia, el paso del tiempo, los problemas
cotidianos, el cansancio o la rutina no nos permiten hacer revisar de tanto en
tanto el estado de nuestra relación.
En esta oportunidad te presentamos un texto de Jorge
Bucay y me encantaría que lo leas completamente, de seguro te ayudará a
reflexionar, ya que muchas de las veces la solución de los problemas está en
nuestras manos.
“Cuando las personas se encuentran con dificultades en la
relación, tienden a culpar a su pareja. Ven claramente cuál es el cambio que
necesita hacer el otro para que la relación funcione, pero les es muy difícil
ver qué es lo que ellas hacen para generar los problemas, es muy común
preguntarle a una persona en una sesión de pareja:
– ¿Qué té pasa?
– Lo que me pasa es que él no entiende…
– Y yo insisto:
– ¿Qué te pasa a tí?
– Y ella vuelve a contestar:
– Lo que me pasa es que él es muy agresivo.
– ¡Y yo sigo hasta el cansancio…!¿Pero qué sientes
tú?¿Que té pasa a tí?
Y es muy difícil que la persona hable de lo que le está
pasando, de lo que está necesitando o sintiendo. Todos quieren siempre hablar
del otro.
Es muy diferente encarar los conflictos que surgen en una
relación, con la actitud de revisar: “qué me pasa a mí”, que enfrentarlos con
enojo, pensando que el problema es que estoy con la persona inadecuada.
Muchas parejas terminan separándose a partir de la
creencia de que con “otro”, sería distinto, y, por supuesto, se encuentran con
relaciones similares, donde el cambio es sólo el interlocutor.
Por eso, frente a los desacuerdos vinculares, el primer
punto es tomar conciencia de que las dificultades son parte integral del camino
del amor. No podemos concebir una relación íntima sin conflictos.
La salida sería dejar de lado la fantasía de una pareja
ideal, sin conflictos, enamorados permanentemente. Es sorprendente ver cómo la
gente busca esta situación ideal.
…Y cuando el señor X sé da cuenta que su pareja no
corresponde con ese modelo romántico, ideal y novelesco, insiste en decirse que
otros sí tienen esa relación idílica que él está buscando, sólo que él tuvo
mala suerte… porque se casó con la persona inadecuada (?)
¡NO! No es así. No se casó con la persona inadecuada…
Lo único inadecuado es su idea previa sobre el
matrimonio, la idea de la pareja perfecta.
En cierto modo me serena saber que esto que no tengo, no
lo tiene nadie, que la pareja ideal es una idea de ficción y que la realidad es
muy diferente.
El pensamiento de que el pasto del vecino es más verde o
que el otro tiene eso que yo no alcanzo, parece generar mucho sufrimiento.
Quizá el aprender estas verdades pueda liberar a algunas
personas de estos tóxicos sentimientos.
La realidad mejora cuando me decido a disfrutar lo
posible, en lugar de sufrir porque una ilusión o una fantasía no se dan.
La propuesta es: “HAGAMOS CON LA VIDA POSIBLE… LO MEJOR
POSIBLE…”
Sufrir porque las cosas no son como yo me las había
imaginado, no sólo es inútil, sino que además es infantil.
Esta es pues la nueva propuesta, empezar a pensar la
pareja desde otro lugar: desde
el lugar de lo posible y no del ideal.
Por eso es que vamos a intentar ver los conflictos no
sólo como un camino para superar mis barreras y poder acercarme así al otro,
sino también como una forma de encontrarme con mi compañero, y por supuesto, a
partir de lo dicho, como un camino para producir el transformador encuentro
conmigo mismo.
Estar en pareja ayuda a nuestro crecimiento personal. La
relación suma, por eso vale
la pena.
Vale… la PENA (es decir, vale penar por ella). Vale el
sufrimiento que genera; vale el dolor con el que tendremos que enfrentarnos, y
es valioso porque cuando lo atravesamos, ya no somos los mismos, hemos crecido,
somos más conscientes, somos más plenos.“
“Es muy fácil darse por vencido y decidir terminar con
todo, pero la verdadera prueba del amor es aprender a resolver cada desafío que
se presente.”
No olvides de compartir con tu pareja.
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