Algunas veces ocurre que nos
vemos detrás de alguien para quien no ocupamos una posición prioritaria en su
vida. Esto puede resultar doloroso y frustrante, porque si bien es cierto
debemos amar de forma incondicional, debemos hacer bien sin mirar a quien,
debemos dar sin esperar, también es muy cierto que la reciprocidad alimenta
nuestras energías, es el motor que nos mueve a ser mejores, a comportarnos
mejor, a dar más de nosotros mismos…
Cuando no existe
reciprocidad y una de las partes es la que da, la que busca, la que promueve,
la que ofrece, mientras que la otra persona se limita a recibir entramos en un
conflicto, porque siempre
esperaremos recibir de la otra persona lo que hemos sembrado.
Cuando estamos en una
interacción personal que nos lleva a pensar que estamos dando más de lo que
recibimos algunas cosas en nosotros pueden verse afectadas:
Nuestra
autoestima: De alguna forma no nos sentimos merecedores
de recibir suficiente de otra persona, nos sentimos en la obligación de dar o
buscar para ofrecer demostraciones de cariño que son unidireccionales, nuestro
amor propio puede verse afectado y podemos fácilmente acostumbrarnos a una
situación en la cual nos iremos cada vez a menos.
Nuestro
tiempo: El tiempo es uno de los recursos más
valiosos que tenemos y cuando lo invertimos mal, sencillamente no hay forma de
recuperarlo. Debemos ser cuidadosos y celosos con nuestro tiempo, invertir en
cada quien lo que se merece y si alguien sencillamente no está completamente
interesado en nosotros, lo que debemos hacer es
acortar esa inversión, esto incluye buscar a esa persona, estar con ella
y sobre todo pensar en ella, porque muchas veces allí se va la mayor parte de
nuestra energía en pensar, en imaginar, en proyectar e incluso en lamentarnos…
Nuestras
oportunidades: Definitivamente si estamos cerrados a
ver más allá de lo que tenemos en frente, es muy probable que dejemos pasar
oportunidades muy valiosas que se nos crucen por nuestro camino.
Nuestra
confianza en el amor: Cuando no tenemos claro qué es lo que
merecemos y lo que merecemos no nos satisface, nos ponemos en una posición de
poca fe en el amor, ya que sentimos que damos mucho y no recibimos lo que
esperamos.
Debemos
comenzar por entender que el problema es netamente nuestro,
que somos nosotros los que estamos generando una situación que nos hace sentir
insatisfechos, el amor, las relaciones en general son bidireccionales, es
necesario para el equilibrio y el balance que el dar esté asociado al recibir.
Las oportunidades que nos ofrece la vida son infinitas, el número de personas
con las cuales nos podemos vincular es gigantesco, pero si no nos amamos
suficiente, si tenemos pensamientos limitantes en nuestra mente, si tenemos
creencias erróneas en relación al amor y a lo que nos merecemos, nos
colocaremos y entiéndase claramente NOSOTROS MISMOS, nos colocaremos en una
situación que nos generará conflictos y frustración.
Solo nosotros podemos
decidir a quién le ofrecemos nuestro amor, a quien buscamos, a quien queremos a
nuestro lado… Pero alertas, si no nos aman como quisiéramos, sencillamente, no
sirve.
No mendigues jamás calor y abrigo, que la lástima no
llegue hasta tu puerta, el afecto prestado es el castigo que la vida por fácil
siempre oferta. ― José Larralde
Este articulo fue realizado gracias a rincondeltibet.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario