¿Vas a hablar de alguien?… ¡usa los 3 filtros de Sócrates!

Existen miles de escritos en referencia a lo que debemos hacer frente a las críticas y cómo ignorar lo que piensan los demás, ¿qué tal si esta vez empezamos por nosotros mismos?…
El ser humano, en su eterna divinidad, en su perfección, en su condición de micro universo, olvida continuamente las múltiples razones que confluyen para despertar el interés de conocerse a sí mismo, principalmente la idea de comprender que conociéndonos a nosotros mismos es que realmente podemos amar al otro como igual, porque entendemos que todos partimos de la misma esencia y no existen clasificaciones banales.

El caso es que nos resulta simple observar al otro, cuestionar, criticar, incluso juzgar sus decisiones y acciones, pero nos resulta demasiado complicado observarnos a nosotros mismos en la desnudez de nuestra propia alma, estudiarnos en la reflexión de ¿quiénes somos realmente? ¿Vale la pena continuar desviando nuestra atención de lo verdaderamente importante, para ocuparnos de lo que vemos en el otro, haciéndolo además desde una perspectiva destructiva o de comparación constante?


¿Quieres ser sabio?, mira hondo, piensa alto,
observa siempre y aprende de todos.
Joaquín Trincado

El ser humano vive en constante aprendizaje, podemos sacar provecho de todo lo que nos rodea, interactuar, relacionarnos, intercambiar, no se trata de aislarnos, de encerrarnos en nuestro propio ego e inducir desde este punto nuestro desarrollo personal. Se trata de no olvidar el silencio…el silencio de la mente; apagar ese ruido que causa la dualidad y la costumbre de separarnos de la unidad.


Resultamos los seres más analíticos cuando nos toca emitir juicios sobre otras personas, y no nos damos cuenta de que estamos restando fuerza a nuestro propio ser, que todo pensamiento genera una energía, y si es sabio no agobiarnos con nuestros propios pensamientos, ¿por qué agobiar a otro?…

Las palabras más poderosas suelen pronunciarlas aquellos que saben guardar silencio en el momento oportuno.
Rafael Vidac

Partamos del pensamiento de igualdad, de la majestuosidad del ser más allá de las acciones, de la fuente de luz que nos vivifica a todos los seres por igual, no seamos jueces, no seamos obstáculos ni detractores del otro; que nuestra visión del otro parta de nuestro silencio consciente y hagamos de esto una práctica.

Mejor ahorrarnos los comentarios, primero en pensamiento, luego en palabra; tratemos de mirar hondo y ver siempre más allá de ese ser que sufre o ríe y que al igual que nosotros solo anda en una búsqueda constante de la plenitud.

Seamos aliento, seamos solidaridad y fortaleza, seamos justicieros en todo, incluso en nuestra actitud hacia aquel que ve al otro desde la dualidad y de la diferencia. El ser es único, es uno, es esencia…pues seamos esa unidad.
Antes de ser parte de la difusión de algún comentario sobre cualquier persona, vale la pena pasarlo por los sabios 3 filtros de Sócrates:

El primer filtro es la VERDAD: ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que quieres decir es verdadero en todo su contenido?

El segundo filtro es la BONDAD: ¿Lo que quieres decir es al menos bueno?
Y finalmente el tercer filtro: ¿Es NECESARIO que digas eso?

Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… dejémoslo en el olvido.

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