Existen miles de escritos en
referencia a lo que debemos hacer frente a las críticas y cómo ignorar lo que
piensan los demás, ¿qué tal si esta vez empezamos por nosotros mismos?…
El ser humano, en su eterna
divinidad, en su perfección, en su condición de micro universo, olvida
continuamente las múltiples razones que confluyen para despertar el interés de
conocerse a sí mismo, principalmente la idea de comprender que conociéndonos a
nosotros mismos es que realmente podemos amar al otro como igual, porque entendemos
que todos partimos de la misma esencia y no existen clasificaciones banales.
El caso es que nos resulta
simple observar al otro, cuestionar, criticar, incluso juzgar sus decisiones y
acciones, pero nos resulta demasiado complicado observarnos a nosotros mismos
en la desnudez de nuestra propia alma, estudiarnos en la reflexión de ¿quiénes
somos realmente? ¿Vale la pena continuar desviando nuestra atención de lo
verdaderamente importante, para ocuparnos de lo que vemos en el otro,
haciéndolo además desde una perspectiva destructiva o de comparación constante?
¿Quieres ser sabio?, mira hondo, piensa alto,
observa siempre y aprende de todos.
Joaquín Trincado
El ser humano vive en
constante aprendizaje, podemos sacar provecho de todo lo que nos rodea, interactuar,
relacionarnos, intercambiar, no se trata de aislarnos, de encerrarnos en
nuestro propio ego e inducir desde este punto nuestro desarrollo personal. Se
trata de no olvidar el silencio…el silencio de la mente; apagar ese ruido que
causa la dualidad y la costumbre de separarnos de la unidad.
Resultamos los seres más
analíticos cuando nos toca emitir juicios sobre otras personas, y no nos damos
cuenta de que estamos restando fuerza a nuestro propio ser, que todo
pensamiento genera una energía, y si es sabio no agobiarnos con nuestros
propios pensamientos, ¿por qué agobiar a otro?…
Las palabras más poderosas suelen pronunciarlas
aquellos que saben guardar silencio en el momento oportuno.
Rafael Vidac
Partamos del pensamiento de
igualdad, de la majestuosidad del ser más allá de las acciones, de la fuente de
luz que nos vivifica a todos los seres por igual, no seamos jueces, no seamos
obstáculos ni detractores del otro; que nuestra visión del otro parta de
nuestro silencio consciente y hagamos de esto una práctica.
Mejor ahorrarnos los
comentarios, primero en pensamiento, luego en palabra; tratemos de mirar hondo
y ver siempre más allá de ese ser que sufre o ríe y que al igual que nosotros
solo anda en una búsqueda constante de la plenitud.
Seamos aliento, seamos
solidaridad y fortaleza, seamos justicieros en todo, incluso en nuestra actitud
hacia aquel que ve al otro desde la dualidad y de la diferencia. El ser es
único, es uno, es esencia…pues seamos esa unidad.
Antes de ser parte de la difusión de algún comentario
sobre cualquier persona, vale la pena pasarlo por los sabios 3 filtros de
Sócrates:
El primer filtro es la
VERDAD: ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que quieres decir es verdadero en
todo su contenido?
El segundo filtro es la
BONDAD: ¿Lo que quieres decir es al menos bueno?
Y finalmente el tercer filtro:
¿Es NECESARIO que digas eso?
Si no es verdadero, ni
bueno, ni necesario… dejémoslo en el olvido.
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