Muchas personas tienen
memoria selectiva y esto es un arma maravillosa cuando de no recordar cosas que
nos despiertan emociones negativas, cosas que nos duelen, que nos avergüenzan,
que nos perturban o han generado algún tipo de trauma. Si no se está evadiendo,
sino que se es capaz de realmente olvidarlo resultar realmente beneficioso.
Sin embargo, por
desagradecidos o desmemoriados hay
quienes olvidan a aquellas personas que han estado a sus lados en momentos
cruciales de sus vidas, que han apoyado, que han aportado su granito
de arena o sencillamente han presentado su hombro para que quien lo necesite
pueda sostenerse en él.
No
podemos ir por la vida asumiendo que nos merecemos que los demás nos rindan
cultos, nos hagan favores, nos levanten de nuestras caídas,
para luego no poder ni siquiera recordarlo. Quien hace las cosas de corazón no
espera reconocimiento alguno, sin embargo, es quien recibe una buena acción la
persona que debe asegurarse de tener la humildad, el agradecimiento de hacer a
si sea para sí mismo un reconocimiento de lo que ha recibido y cómo eso favoreció
en algún proceso de su vida.
Cuando somos capaces de
agradecer, el universo se encarga siempre de darnos más motivos, entramos en
sincronía con lo que predomina en nuestra vida y de esta manera cultivaremos
relaciones en donde exista equilibrio y reciprocidad, sobre todo cosecharemos
lo que sembramos. Puede ser que alguien a quien no tenemos acceso haya hecho
algo por nosotros y no tengamos oportunidad de retribuirle, sin embargo, hay un universo de personas que están necesitando
nuestro apoyo en cualquier momento y podemos ser parte de la cadena solidaria
que sostiene al mundo, que de ser más robusta, seguramente
tendríamos una mejor humanidad.
No olvidemos a quien nos
dedicó su tiempo, a quien confió en nosotros, a quien dio buenas referencias
nuestras, a quien nos ayudó con unas cuentas, a quien compartió su pan con
nosotros, a quien nos hizo ver las cosas de una forma más positiva, a quien nos
acompañó en esa enfermedad… Por pequeñas o grandes que sean las acciones,
démosle valor y pensemos por un momento qué habría pasado de no hacer contado
con esa acción en un momento determinado.
Reservemos un lugar en
nuestra mente y nuestro corazón para aquellas personas que pudiendo hacer
muchas otras cosas, decidieron apoyarnos, estar con nosotros, decidieron ser
parte de nuestras vidas en los momentos precisos que más los necesitábamos.
Este articulo fue realizado gracias a rincondeltibet.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
Comentarios
Publicar un comentario