Imagina que tu relación es un motor. Y sólo porque tienes
uno, no significa que vaya a ninguna parte. Así que para que este motor se
mueva, los pistones necesitan estar bombeando. Hay cuatro pistones en una
relación: la confianza, la comunicación, la química y la conexión.
Confianza
La confianza no es un hecho. Tiene que ser ganado
constantemente. Hacemos esto construyendo un contenedor seguro para la otra
persona. Requiere honestidad con la pareja, pero también contigo mismo. La
gente piensa en la confianza en términos de compromiso y fidelidad. Pero la
confianza significa mucho más. Un ejemplo de la confianza rota es cuando un
individuo no tiene la capacidad de decir “no”. Si es demasiado amable y siempre
trata de complacer a su pareja, no confía en él o ella porque no es un líder ni
ofrece un espacio seguro para crecer. Así pues, para que el pistón de la confianza esté bombeando
continuamente, tienes que constantemente construir confianza. Habrá momentos en
que la confianza se rompe y estará avanzando con tres pistones. Pero esa
confianza necesita ser reconstruida si deseas sacar el máximo provecho de este
motor: la relación.
Comunicación
Tanto verbal como no verbal. El conducto de comunicación
debe estar siempre fluyendo. Esto significa que no puede ser obstruido.
Obstruido significa sostener sentimientos dentro de los cuales se convierten en
ira y resentimiento. Sin comunicación, los estás dejando en la oscuridad, y
creando una excusa para ir a la deriva. Muchos no se comunican porque tienen
miedo o porque no saben cómo hacerlo. Debes enfrentarte, explorar y trabajar en
tus miedos. Comunica lo que estás experimentando con tu pareja. La comunicación
no significa agresión verbal hacia tu pareja. Una comunicación sana significa
expresarse, pero también es ser consciente de cómo esa expresión va a afectar a
la otra persona. La comunicación sana significa intentar entender antes de ser
entendido. Constantemente asegúrate de que este conducto de comunicación está
fluyendo.
Química
Como la confianza, la química no es una constante. Fluctúa.
Esto significa que tienes que trabajar en ello. Muchas personas entran en una
relación y de repente se dejan ir. Su apariencia, sus modales, toman un asiento
trasero porque ya no son solteros. Esto es egoísta y afectará la química.
Muchas personas no trabajan en sus asuntos en el dormitorio. Ellos creen que si
no viene naturalmente, es justo de la manera que es. Trabajar en la química
puede no tener nada que ver con la otra persona. Puede significar trabajar en
ti para que te sientas más cómodo en tu propia piel, lo que ayudará a la
química. Ya sea trabajando en tu propia imagen o apoyando o alentando el viaje
de tu pareja con la suya, la química requiere un trabajo constante. A medida
que las personas cambian, la química cambia. Si no ponemos esfuerzo en la
adaptación, explorando, reactivando, el pistón muere. Creo que no trabajar en
la química es una forma de infidelidad.
Conexión
La clave para una relación sana es estar siempre conectado.
La conexión, tan cursi como suena, significa tener siempre a esa persona en tu
corazón. Hay también un pedazo espiritual en esto. El comportamiento que sale
de eso es tarjetas, globos, poemas, oraciones, flores, contacto visual, notas
lindas, mensajes de textos y, por supuesto, contacto físico. Ahora aquí está la cosa. Aunque se está usando los pistones
como una metáfora, éstos se superponen y uno efectúa al otro. Pero si se
centran en ellos de forma independiente, como los pistones, se asegurará de que
todas las bases están cubiertas. Esto significa que tu relación tendrá un
impulso. Si ambas personas están haciendo esto, y trabajando duro en él, su
motor tendrá un turbo. Las relaciones sanas no suceden solamente. Toman
trabajo. Si no quieres poner en él trabajo, no esperes que vaya a ninguna parte.
Escrito por Paola Céspedes de Hoy Aprendí.
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