Ciertamente en la vida nos
tropezamos con muchos tipos de personas, algunas de ellas nos aligeran la vida,
nos apoyan, nos hacen viajar sin mucho peso en nuestro equipaje, ocupándose
incluso de parte de las cosas que solo nosotros deberíamos cargar. Mientras que
por otro lado están aquellas que consideran que su equipaje es muy pesado y no
ven otra mejor opción que endosárnoslo para poder seguir.
Definitivamente una de las
cosas que nos hace grandes es ayudar a otros en sus tránsitos, sin embargo debe
haber un equilibrio, no debemos cargar con más cosas que las podemos soportar,
porque sencillamente llega el momento, de que por más que queramos ser útiles y
condescendientes con otros, no podremos avanzar, sencillamente sentiremos
hundirnos en un punto sin poder dar tan siquiera un paso más.
Debemos ser conscientes con
nosotros y establecer límites al momento de ayudar a los demás, tanto en carga,
como en tiempo. Para algunos resulta sencillo descargarse en uno en cuanto a
responsabilidades, en cuanto a emociones, en cuanto a energías. Pero no hacemos
mucho bien cuando actuamos desde la lástima, considerando que esa persona lleva
mucho peso y es mejor quitárselo. Nos hacemos mal a nosotros mismos y le
hacemos mal a esa persona.
Todos crecemos aprendiendo a
manejar nuestras cargas, a soltar lo innecesario, a equilibrar lo que debemos
llevar. Si no soltamos lo que nos sobra o no podemos llevar, de manera adecuada,
sino que le traspasamos la carga a otro, no estamos aprendiendo, solo nos
estamos acostumbrando a la comodidad que representa que alguien más se
responsabilice por nosotros.
Puede haber momentos en los
que prestemos nuestra ayuda, pero esto no puede ser un estado permanente, esta
no debe ser a costumbre, amar no es resolver la vida de quien amamos, sino
aportarle herramientas que le resulten útiles para hacerlo, apoyar en lo que
podamos y acompañar en los tránsitos en donde sea posible.
Cada quien debe ser
responsable de administrar su vida, de asumir las responsabilidades, de
entender qué es lo que realmente debe llevar consigo y resolver sus asuntos
internos. Nadie puede vivir, ni aprender, ni crecer por otro y nadie debe
condenarse porque alguien no sepa controlar su vida.
Evidentemente nos
acostumbramos con facilidad a lo que nos genera comodidad, pero el hecho de que
nos dé comodidad, no significa que nos haga bien, cada carga es propia y el
abuso a otro en cualquier dirección pasa factura a ambas partes. No podemos
estar cómodos sabiendo que otro está llevando nuestra mochila y menos cargando
las de quien no puede llevar la suya.
Este articulo fue realizado gracias a mujer.guru Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio
Comentarios
Publicar un comentario